La situación económica actual hace que haya un gran número de personas en busca de empleo en la hostelería; pero ¿se adecua realmente la oferta a la demanda? David Basilio, director general de Linkers, consultora de RRHH especializada en hostelería y turismo, opina que no, y analiza en este artículo de opinión lo que deben plantearse tanto trabajadores como empresas para lograr los mejores resultados tanto para el negocio como para su personal.

 

El sector de la hostelería, como el resto de ámbitos de la economía española, experimenta constantes evoluciones y cambios. Pero si, además, se tiene en cuenta que un sector que aporta un porcentaje considerable del PIB anual (los últimos datos de la FEHR lo situaban en el 7%), estas evoluciones son vertiginosas.

 

Del mismo modo que los modelos de negocio avanzan y cambian, también lo hacen las demandas de profesionales. La cualificación se hace cada vez más necesaria y específica para responder a las diferentes exigencias que requiere un sector que opta a la excelencia.

 

En la actual coyuntura económica las empresas, independientemente del modelo, tamaño y tipo de servicio que ofrecen, buscan profesionales que se sientan orgullosos y valiosos en la tarea que desempeñan. Personas que han elegido trabajar en un sector económico dinámico y exigente tanto en lo físico cómo en lo mental; unos puestos de enorme exigencia sobre todo en este momento, cuando constituyen el motor económico del país.

 

Para ello, las empresas buscan profesionales con una actitud, con una marca personal capaz de afrontar las distintas situaciones de la realidad actual en turismo y restauración. En definitiva: que dejen huella en nuestros clientes.

 

Por desgracia, el gran número de desempleados actuales hace que tengamos una gran bolsa de personas en búsqueda activa de empleo, no siendo todas ellas profesionales del sector y que acuden a éste cómo “un cajón de sastre” de salida rápida y a corto plazo. Esta realidad hace que cada vez sea más necesario un filtro y una selección más exhaustiva en motivaciones personales que en conocimientos para el éxito y optimización del reclutamiento de las plantillas.

 

Las empresas hosteleras buscan profesionales con una actitud, con una marca personal capaz de afrontar las distintas situaciones de la realidad actual en el sector. En definitiva: que dejen huella en los clientes

 

En los profesionales encontramos desánimo, conformismo y rigidez en el desempeño laboral; comportamientos que parecen ganar batalla a la tremenda necesidad de un profesional más capacitado en afrontar con actitud positiva y proactiva las exigencias del mercado.

 

En definitiva: la oferta no se adecúa a la demanda. En el sector se está en la primera fase de aceptarlo, pero falta dar pasos importantes si queremos conseguir cambios sustanciales para que haya un orden y sentido entre ambas esferas.

 

El profesional debe tener el compromiso y responsabilidad de actualizar sus conocimientos para ir consiguiendo metas, superando retos, haciendo que cada tarea que realice cuente y tenga sentido en su desarrollo profesional.

 

La empresa, por su parte, debe plantear nuevos modelos de trabajo que fomenten la productividad. Seguimos usando el mismo modelo de trabajo de hace años, cuando el estilo de vida ha cambiado. Es imposible adaptarnos a las nuevas demandas del mercado si antes no analizamos las tareas que desempeña cada puesto y fomentamos la cualificación en nuestra plantilla.

 

El trabajador, por lo tanto, debe estar en continuo crecimiento personal y profesional para ir adaptándose a las necesidades del mercado y sentir que su carrera profesional progresa hacia el objetivo individual marcado, y la empresa no debe cejar en el empeño de profesionalizar y mejorar las condiciones de trabajo y formación para cumplir sus objetivos de rentabilidad a la vez que ayuda a cumplir los objetivos personales de cada uno de los integrantes de la plantilla.

 

Por todo ello, aquellos profesionales que realmente estén motivados para dedicarse en cuerpo y alma al sector de la hostelería tendrán futuro en el mismo. Y en estos momentos en que hacerse con un hueco laboral es una tarea árdua, es de agradecer unas pequeñas indicaciones o consejos para “saber venderse”.

 

Aquellos profesionales que realmente estén motivados para dedicarse en cuerpo y alma al sector de la hostelería tendrán futuro en el mismo.

 

Todos debemos ser conscientes que la presentación de un buen currículum vitae es un paso importante en la búsqueda de trabajo, pero hay que sumar tres conceptos que a ojos de cualquier empresa debemos tener claro:

 

1- Mis fortalezas como trabajador: ¿qué es lo mejor que hago y cómo lo hago? Nadie como nosotros para defender nuestro propio valor añadido, lo que podemos aportar y lo que nos diferencia del resto.

 

2- Mis cualidades en un equipo de trabajo: me gusta ejecutar, liderar, analizar, cooperar… Seguramente no haga todo bien, pero no se trata de eso, sino de saber cuáles son mis cualidades y explotarlas al servicio de mi carrera profesional.

 

3- Mi ritmo de trabajo: ¿llevo mejor un gran volumen de trabajo y rotación, o un servicio personalizado y de protocolo?. Planteándonos esta simple pregunta podremos seleccionar entre restaurantes de alta gama, temáticos, tradicionales, etc. y dirigirnos a una búsqueda más efectiva en aquellos que se encuentren alineados con mi forma de trabajar.