Tradicionalmente en la cultura española el verano es símbolo del abandono de las obligaciones laborales y/o formativas; es el momento de los días de asueto. Sin embargo, es también una temporada ideal para trabajar determinados hábitos que fortalecen el perfil laboral, tanto de parados en búsqueda de empleo como de aquellos trabajadores que aspiran a una mayor competitividad.

 

En verano se antoja necesario apuntar que “es en estos momentos del año donde se pueden adquirir hábitos y costumbres para seguir en la búsqueda del empleo o puesto deseado”. Así lo subraya Marianela Olivares, Directora General de Linkers, consultora de  Recursos Humanos especializada en hostelería y turismo. La experta en selección y formación de personal destaca la importancia de determinados hábitos correctos que permiten disfrutar de la temporada estival sin descuidar la búsqueda de empleo o la formación.

 

El día a día hace realmente complicado acudir a recibir la formación que uno desea. Sin embargo, este momento del año, en el que las obligaciones laborales disminuyen, es idóneo para la formación específica que necesitamos”, indica Olivares. Una formación concreta de unos días en pleno verano dotará de un salto de calidad y de un perfeccionamiento para encarar el inicio de temporada con una nueva ventaja competitiva. “Mientras otros descansan nosotros podemos actualizar nuestros conocimientos e, incluso, ampliarlos a la vez que nos relajamos y disfrutamos de estos días”, añade.

 

Del mismo modo, a la hora de buscar destino vacacionaltenemos la opción de incluir la variable del idioma como requisito, de forma que además de practicar turismo podemos disfrutar de un tiempo libre inteligente practicando dicha lengua y refrescando nuestras habilidades comunicativas”, señala. Durante el año pueden faltar oportunidades o tiempo para trabajar en dichas capacidades, pero en estas semanas la interacción con personas extranjeras y la lectura de libros en lengua original, o el visionado de audiovisuales en habla nativa, “es una puesta a punto de gran valor. Probablemente nos vuelva ‘a picar el gusanillo’ del idioma y continuemos con ese hábito a la vuelta de la vacaciones”, incorporando otra cualidad al saber hacer personal.

 

Las lecturas útiles o recomendadas son una buena herramienta de fortalecimiento del saber para los ‘ratos muertos’ del día. “Con más tiempo libre, vamos a poder completar nuestros conocimientos e incluso estar más al tanto de las noticias o cambios que nos pueden afectar en nuestro proceso de búsqueda o formación en el empleo”, aprecia la Directora. Seleccionar bibliografía sobre materias que potencien los conocimientos en el sector es un hábito que sólo requiere un momento diario de lectura y, a cambio, permite mantenerse activo mentalmente y ampliar la capacitación. “No debemos olvidar la prensa especializada, ya que estas fechas de mayor tranquilidad personal son fantásticas para investigar en profundidad en publicaciones del sector, buscando novedades destacadas que aumenten nuestra panorámica del entorno laboral”, estima.

 

Tener tiempo libre no significa necesariamente abandonar la buena presencia, una de las principales marcas personales del empleado en el sector hostelero, por ejemplo, o adquirir rutinas poco saludables. “Con más horas libres al día podemos empezar a cambiar las prácticas que no nos benefician por otras más sanas, tanto para nuestra salud como para nuestra imagen”, señala Olivares. Sin entrar en superficialidades, un cambio físico positivo “es el mejor síntoma de que una persona está motivada para seguir mejorando sus aptitudes con una actitud saludable”. En una sociedad donde la imagen cuenta para conseguir un empleo y escalar posiciones en una estructura empresarial, “estos días de verano son idóneos para dar ese salto y presentarnos a la vuelta con nuestra mejor cara, una versión mejorada de nosotros mismos”, recomienda.

 

Gente nueva significa nuevas oportunidades de relaciones personales y, por qué no, de contactos profesionales. El networking se basa en la utilización positiva de las relaciones personales en nuestros círculos sociales más cercanos o aquellos en los que de una manera premeditada decidimos integrarnos. “Sin duda, el verano es una temporada propicia para que, de una manera natural, estimulemos el crecimiento de nuestra red de contactos profesionales de una forma más relajada y social que la propiamente profesional, la que llevamos a cabo durante el resto del año”, señala la experta. Desde Linkers recomiendan recordar que en una sociedad tan dinámica y global como la actual los contactos son una gran fuente de captación de nuevas y potenciales oportunidades laborales.

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